lunes, 27 de abril de 2009

Los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad (Isaías 29:18)



Yo confirmo ese mensaje…. Amén



Es sorprendente como el SEÑOR nos permite como cristianos, entender sus designios, sus propósitos y vivirlos como en aquellos tiempos.


El fin de semana pasado, tuve la oportunidad de servir en un asilo de ancianos llamado: Ventana al Cielo, al cual mi grupo de la iglesia atiende desde hace varios años.


Muchos hermanos luego de servir en ese lugar, dan testimonio de como el SEÑOR les hablo, otros le dan la Honra y Gloria pues han visto como en segundos sana su corazón triste y desconsolado por años, pero quizá no terminaría hoy de mencionar las maravillas que nuestro PADRE permite que vivamos cuando decidimos servirle.


Ese sábado 25 de abril de 2009, quedará tatuado en mi vida de cristiana, en mi vida de servidora, pues el SEÑOR me mostró que los mejores ojos y oídos, son los espirituales.


La asamblea realizada en Ventana Al Cielo, tiene un espacio dedicado a la adoración, es hermoso ver como estos adultos mayores, pese a sus impedimentos físicos y enfermedades, alzan sus brazos a DIOS, mueven con ánimo sus panderetas y tratan de danzarle con júbilo al Rey de Reyes. Nada les frena ese gozo.


Dentro de la misma, llega ese momento sublime que nos regala a los servidores nuestro PADRE: orar por los demás.
En ese instante pedimos a EL, ser su instrumento perfecto y clamamos para que ponga con claridad en nuestro corazón a la persona que quiere hablar.


Es así como mi vista comienza el recorrido de rigor por el templo e inmediatamente un rostro es visualizado, el impulso divino confirma que es la hija escogida.


Al llegar a su lado, el SEÑOR comienza a manifestarse y ese abrazo y beso que le doy con tanta alegría sale de lo más profundo de mi corazón, la reciprocidad en ese acto nos llena de energía DIVINA; y es ahí donde EL me permitiría conocer su designio.


Al preguntar a la ancianita alguna petición especial para su oración, con voz suave y mano tibia puesta en mí, me aclara que no escucha y que su visión es borrosa, Qué hacer? No me puede escuchar, no puede leer mis labios, sin embargo es firme al pedirme que ore por su salud y me aclara que ella me verá y escuchará con su corazón. Que lección más grande!!!!


Tengo tan presente ese momento, la tomé de las manos y comencé a orar, a clamar al SEÑOR por su salud física, por su familia, porque ella supiera que EL la acompaña en todo momento. Me despedí de ella con un fuerte abrazo y un beso en su cabeza.


Después de ese lindo momento, no pude contener mis lágrimas, una ancianita enferma, me había confirmado que no existe en este mundo ningún impedimentos para escuchar la voz de DIOS.


Testimonio para la Gloria y Honra de nuestro REY.

martes, 7 de abril de 2009

Sé que Tú me sostienes … esa es tú promesa.


El tiempo siempre me ha confirmado que tú mi SEÑOR, no me dejas en ningún momento sola y mucho menos desprotegida, eres quien con tu infinito amor me levantas siempre, limpias mi lagrimas y me das fuerza para continuar con mi vida y enfrentar las pruebas.


He reflexionado mucho al respecto y he logrado entender que mi falta de FE, es la que me hace en algunas ocasiones entrar en ese estado de confusión, de incertidumbre y ansiedad, que provoca un ruido ensordecedor en mí y me roba la paz.


Ese estado, es el que impide que mi pensamiento logre apaciguarse y que con FE genuina ponga en tus manos SEÑOR, mi preocupación, esa carga emocional que no me permite concentrarme en mi trabajo, en mi vida familiar, en nada.


Pero todos sabemos que la FE, es esa confianza absoluta en nuestro PADRE, es saber que EL obrará y que hará que las cosas pasen de acuerdo a su Santa Voluntad.


Como cristianos, FE es saber esperar su tiempo y creer firmemente en lo que no vemos, es saber que EL prometió que su mano nos levantará siempre (Salmo 37: 24), EL ha prometido ir delante de nosotros, abrir cualquier puerta y enderezar los caminos torcidos, EL es quien nos llamó por nuestro nombre (Isaías 45: 2-3).


Nadie dijo que es fácil hacer prevalecer la FE ante la confusión, pero si la tenemos aunque sea del tamaño de un grano de mostaza, EL promete transformar nuestra vida.

Pruébalo y comprobaras que EL es quien sostiene nuestra mano y nuestra Vida.
Esa es mi lucha diaria, mantener mi FE y mis ojos puestos en EL, saber entregarle mi vida y gozarme de sus maravillas.